EL ENFERMO IMAGINARIO

Artículo que realicé para MUSICOMANÍA - Boletín informativo de la Banda de la Escuela de Música de Bullas - y que aparece en el Nº 31 (del 11 al 24 de Mayo de 2005)

Como ya comentamos en el documento titulado: PLATÓN, LA NARANJA Y EL SEMANAL (repartido junto al Boletín Nº 1) la música ha demostrado tener efectos curativos... Decíamos entonces que los Chinos ya utilizaban la música en la antigüedad para curar y que una música pausada disminuye la frecuencia respiratoria y cardiaca, relaja el corazón, reduce la tensión, y reduce la presión arterial y la temperatura corporal, por lo que se usa para combatir trastornos cardíacos o hipertensiones... En este mismo sentido podemos citar algunas palabras del escritor W. H. Wackenroder (1773 - 1798): “...Cierro los ojos frente a todas las guerras del mundo y me retiro, silencioso, al reino de la música, donde todas nuestras dudas y todos nuestros dolores se ahogan en medio de un mar de sonidos donde nos olvidamos del vocerío de los hombres... mas con un dulce toque, la música libra, como por encanto, de toda angustia a nuestro corazón, nos calma sin saber cómo, y nuestro espíritu se cura...”. Desde luego, si alguien en la Banda de la Escuela de Música se sintiera enfermo no tiene por qué preocuparse demasiado ya que ha elegido una actividad tan altamente beneficiosa para la salud que puede aliviar en gran medida cualquier dolencia o enfermedad. Y si alguien tiene dudas al respecto, podríamos atenernos a lo que dice también el dramaturgo y actor francés Molière (1622 - 1673) en su comedia: EL ENFERMO IMAGINARIO, cuando Argán le pregunta a Beraldo: “¿Qué debe uno hacer al sentirse enfermo?” Y éste último le responde: “Nada. No hay más que guardar reposo. Dejándola obrar, la naturaleza arregla por sí sola, poco a poco, los trastornos que sufre. Nuestra inquietud y nuestra impaciencia lo echan todo a perder; casi todos los hombres mueren por los remedios y no de sus enfermedades”. Las citas y las frases que utilizamos constantemente tienen el firme propósito de ilustrar nuestros comentarios y nuestras reflexiones. Procuramos que sean lo más acertadas posibles e intentamos leer los libros donde se incluyen. De esta manera podemos verificar tranquilamente las fuentes literarias y no nos confundiríamos de autor ni tergiversaríamos lo que de verdad se dice en ellos. Y si buscamos un libro en la biblioteca, ya sea para su lectura o para su consulta, y queremos extraer citas, si por casualidad nos diera el libro en la cabeza y suena a hueco, no siempre la culpa es del libro, como dice un proverbio de origen alemán... También nosotros podríamos citar tanta información y tantas anécdotas que podríamos escribir una enciclopedia de varios tomos para que cada cual también reflexione y saque sus propias conclusiones. Por poner algunos breves ejemplos podríamos echar un vistazo a un contrato del año 1983 (Ver Tablón de Anuncios) y, muy especialmente, el apartado 6 donde se dice lo siguiente: “El incumplimiento del presente contrato será sancionado con una cantidad de 500.000 ptas, por daños y perjuicios a la Agrupación. Se entiende por daños y perjuicio: el irse con otra Agrupación e intentar hacer la competencia.” Y es que los inicios son en verdad muy duros... // La puntualidad de los ensayos es importante pero no es normal que se llegue media hora tarde a las actuaciones y se ponga como excusa que algunos componentes que venían en coche han tenido un gravísimo accidente. Unas veces se llega tarde porque unos pocos hacen esperar al resto del grupo mientras ellos se toman unas copas. En otras ocasiones no se presentan a la hora convocada y hay que buscarlos por todas partes. Como saben que son imprescindibles pueden hacer lo que ellos quieren y se aprovechan de la situación. // Es normal que puedan haber diferencias entre los músicos pero de ahí a que se muestre ese enfado tocando en plena calle con la Percusión y el Viento Metal por un lado y el Viento Madera por otro, a más de 50 metros de distancia unos de otros, pues resulta francamente ridículo e inaudito. // Es normal que alguien le guste tomarse una copa o fumarse algún cigarrillo fuera de los ensayos y de las actuaciones pero de ahí a utilizar el tornillo del atril para sostener el cigarro mientras se está ensayando y darle caladitas sin esperar ni siquiera a que los músicos dejen de tocar... Y además, tener que dejar de tocar para “beber” mientras el Director todavía está dirigiendo y los demás tocando... // No todas las partituras tienen por qué gustar pero de ahí a quemarlas en medio de un ensayo... // Tampoco es normal que una persona arroje su instrumento con el riesgo de romperle la cabeza a alguien y que nadie haya tomado todavía ninguna medida al respecto... Pero claro, así es como entienden algunos la tolerancia, el respeto, la humildad y el buen hacer. Con ejemplos como estos, bien podríamos ahora preguntarnos: ¿Quién es aquí en definitiva el que está enfermo?

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